Me habían dicho que “la banda de Jhony” salía a robar en las mañanas, pero yo llevaba meses trotando por la vereda y jamás me los había topado. Esa madrugada sin embargo, solo guardé en mi bolsillo, $5.000, las llaves de la casa y mi identificación. Después de una hora regresaba cansado y caminando a paso más tranquilo, cuando cuatro tipos en dos motos me hicieron una encerrona. Sin poder reaccionar me metieron las manos en la chaqueta y al ver lo poco que poseía, me arrastraron por el piso de la manera más violenta. El más fortachón me hizo saber en tono vulgar y despectivo que “a Jhony nadie le tomaba del pelo haciéndose pasar por pobre”. Me agarró a patadas, tomó mis llaves, se guardó el llavero y junto con mi cédula, me lanzó al vallado profundo lleno de basura. Luego escuché las motos alejarse y a los tipos muertos de risa.
Herido llegué a casa y llamé a las autoridades del cuadrante, pero ellos me respondieron descaradamente que... “para qué me ponía a salir por la mañana a exponer mi vida, sabiendo del peligro que acechaba”.
Esa misma tarde por la emisora local anunciaron que los integrantes de la banda se habían abatido a tiros entre ellos mismos por un ajuste de cuentas y que alias "el pato", ya capturado, no quería confesar en dónde había escondido el cuerpo de Jhony. Recordé mi llavero, un pequeño carrito antiguo con un localizador. Busqué en la aplicación y el localizador seguía activo y así fue como la policía encontró el cuerpo sin vida del hombre, en el mismo vallado donde me habían lanzado horas antes, cubierto por capas y capas de plástico y comida en descomposición.
Ya en la noche la noticia nacional de última hora, fue que gracias a la valiosa inversión en tecnología por parte de la alcaldía, la policía había podido localizar el cuerpo del tipo más buscado del pueblo y había podido desmantelar la banda de Jhony por completo. Según el periodista fue un hit de la administración y su trabajo coordinado en pro de los ciudadanos y su seguridad.
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