Hace unos días, mi amiga Ivana, me ha llamado para contarme un acontecimiento,que le ha sacudido.
Su madre ha aparecido en su casa muy temprano, con el fin de hablarle, según ella, de manera “sincera”. ¡Válgame Dios!, ha pensado, esto va a estar complicado. Después de un pequeño discurso y varias vueltas, le suelta a su hija la desparpajada frase: -Hija, con este estilo de vida tuyo, a pesar de todo lo que dimos tu padre y yo, para que “llegaras lejos”, hoy solo veo que eres una fracasada.-
Ivana queda fría, no tiene ganas de justificarse ni de dar explicaciones, pero ante estas palabras que vienen de alguien como su madre, una mujer luchadora, trabajadora y amorosa, el ataque es certero y da directo en el corazón. Apenas está tomando conciencia de sus sentimientos cuando, su progenitora, quien seguía conversando, concluye su charla sincera, diciendo: -Además, tu marido me ha dicho que tu no haces nada en casa y que de lo poco que te dignas a realizar, todo es mediocre.-
Ahora Ivana, además de fría, está sorprendida por las quejas de su esposo, pues viniendo de él, un hombre, inteligente, creativo y perfeccionista, el ataque cae como un puño en el estómago.
Con el corazón y el estómago hechos trizas, le ha pedido a su madre que se marche, prometiéndole que después le llamará. Cierra la puerta y empieza a seguir de manera insensata el sendero del victimismo. Sospecha que, o sus familiares tienen la culpa de sus desgracias o ella la tiene y rompe en llanto.
Después de desahogarse un largo rato, le llega a su mente un pensamiento, así que toma un papel y un lápiz y escribe:
Madre y esposo:
Los perdono para recordar únicamente los pensamientos amorosos que me han brindado hasta hoy, pero esta vez me niego a ser víctima de un mundo que yo misma he inventado y al cual los he atraído, solo para tomar consciencia de mi propio estado interior. También me perdono por abandonarme, fracasando en darme cuenta, de mis propias señales y siendo una mediocre para responderlas.
Me amo y decido volver a construir el mundo que me convenga.
Atn.
Ivana
En seguida va a su habitación y pone la carta bajo su almohada, planteándose la posibilidad de dejar todo en manos de la Inteligencia. Se levanta, se dirige a la cocina, reanuda sus labores, pero esta vez totalmente alerta de sí misma.
-Lapuente