Señor
CAIMAN ARENAS
Ciudad
Le saludo señor alcalde absolutamente sorprendido, por el maltrato que se le da en este territorio, a los habitantes que luchan por un futuro mejor para todos.
Debo aclararle que los lugareños, de mi bella vereda, fueron los que me contactaron hace un tiempo para que les ayudara a reconstruir el puente sobre el riachuelo, que como bien sabe, lleva más de 20 años despedazado después de aquel terrible vendaval.
Como ni usted, ni ninguno de sus antecesores hizo nada frente a las súplicas y quejas de los animales de la zona, decidí, en la villa donde ahora vivo, hablar con varias fundaciones para poder recoger fondos y así adquirir los materiales necesarios y cubrir la mano de obra. ¿Sabe usted que yo no voy a cobrar por mi trabajo?
Al llegar aquí a la zona el viernes de la semana pasada, me encontré con la calidez y la esperanza de los paisanos y toda su disposición para adelantar esta labor que se tornó ya en un tema de carácter urgente. Los reuní entonces en la maloca, les mostré los planos, la cuenta oficial donde reposan las contribuciones de las fundaciones y les presenté a la señora Tapira de Soto escogida por ellas, las fundaciones, para la veeduría. ¿Ya entiende no? Las cuentas claras y el chocolate espeso.
Pero el martes de esta semana, cuando me encontraba finiquitando la logística de la obra, empezaron los problemas y allí fue cuando supe a través de rumores que me trajeron los lugareños que:
Usted ya me había hecho ver como un “comunista” frente a los que viven en el centro porque reuní a los veredeños para trabajar mancomunadamente.
Su secretaria me había hecho ver como un “subversivo” porque actué bajo mi propia cuenta y empoderé a los vecinos.
Los concejales me hicieron ver como un “enemigo” porque me salté, supuestamente las leyes, para hacer “lo que se me diera la gana”.
Los religiosos dijeron que los seres como yo, éramos los “culpables” de que el gobierno nunca pudiera actuar como debe porque somos un palo en la rueda.
En el noticiero radial del pueblo trataron de hurgar mi biografía, tergiversándola. Se preguntaron cómo un chigüiro humilde como yo, se pudo haber convertido en ingeniero y tal vez si mi intención era más bien, ser candidato a la alcaldía en las próximas elecciones y por el partido contrario.
Mejor dicho, la cosa fue tan extrema señor alcalde, que hasta casi le hacen creer a todos que yo era el mismísimo diablo, culpable de que se hubiese caído el puente, cuando ni estaba el día que eso sucedió.
Y me pregunto:
¿A quién tienen aquí en la vereda espiando y difamando?
¿Me van a dejar en paz para iniciar la obra?
¿Quiere, acaso, hacerle ver a todos que yo soy “dañado y corrupto” para tapar su propia ineptitud?
¿Me confirma dónde están los fondos para el puente que el mismo pueblo pagó hace 10 años y que se consignó en una cuenta a nombre de su padre?
¿A quién le conviene que no se reconstruya el puente señor alcalde y por qué?
Yo pensé que estábamos todos del mismo lado. Pero su estrategia y la de su equipo ha sido dividir las posturas para frenar las acciones cooperativas. Felicíteme por favor a su asesor de medios, el señor Araguato, que seguro se basó en la guía de propaganda de Joseph Goebbels para hacer todo este montaje teatral.
Quedo pendiente de sus respuestas.
Atentamente,
CAPY BARA
©LaPuente