-¡Oye primo!... ¿Por qué le contaste a mi tío el secreto que te pedí que nunca le fueras a revelar?
-¿Yo?... ¡Tu sabes que soy una tumba!
-¡Si, tú!... Anoche me comuniqué con él y cuando le dije la verdad, me contestó que ya la sabía gracias a ti y que tardaría una eternidad en perdonarme.
-¡Pero qué te pasa!... ¿Además cómo lograste contactarlo?
-A través de una médium, por cuyo trabajo pagué una fortuna y ahora estoy sufriendo, sin dinero y sin su perdón.
©LaPuente