No había salido el sol pero el cielo estaba cargado de ilusiones lejanas.
Algunos de los nuestros, escogidos y entrenados, nos empezaron a arrear como bestias, tratando de ordenarnos en "fila india", despojándonos de nuestros atuendos y revisándonos minuciosamente.
Sus excelencias nos habían dicho, que podríamos aspirar a un "sello real viajero" a cambio de una bolsa de oro entregada por anticipado. Así que nos sometimos aun sabiendo que no había garantías.
En sus ojos sin embargo, se notaba la sospecha de nuestra supuesta malicia, cuando en realidad el interrogatorio estuvo cargado, evidentemente, con la suya.
El título de dignidad, solo conferido por ellos, nos fue esquivo porque nuestras creencias no encajaban con sus estándares.
Y fue así como salimos "En Bajada", consientes de que ellos se quedaron con el oro y nosotros con el desmerecimiento que nos merece.
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