No sé si el mundo me ha hecho tan tosca…
Me abrazaron, me amaron, me consintieron.
De grande ya sentí el desprecio, el dolor y
bajé mis brazos cuando me rendí,
para volverme distante y fría.
Así quienes fueron apareciendo,
se toparon con una maraña de rabia
y de falta de interés.
Sin sentimientos, amargada y con el
alma cansada y sin ganas.
Lo siento, pagan justos por pecadores y
al final, todos perdemos.
-Lapuente