¿Acaso soy la suma de todos los que me antecedieron?
¿Soy los ojos de?
¿Soy el pelo de?
¿Soy el mal genio de?
Este ADN poderoso se recrea en múltiples capas que ocultan
la verdadera esencia porque las cosas que vine a hacer, las que vine a pagar,
las que vine a cambiar, son para reparar el pasado, aprender de él, repetir la
lección y pasarla.
Entonces... ¿de todo ello hay algo original, algo mío?
¡Qué sé yo! Tengo y tenemos todos, un cerebro rico y
subutilizado cuya capacidad no dio al 100 por ciento y que pronto será
reemplazado por un robot. Tuve la oportunidad de adentrarme en semejante
profundidad y al mismo tiempo miedo de un camino sin retorno, de una constante
oscuridad que tardaría en mi increíble impaciencia, cientos años para ser
iluminada.
Los misterios infinitos de los que soy capaz de cocrear o de
entender se me pierden en la superficie y así sin entender moriré engañada y
tendré que regresar, ya no sé si a la tierra o a otro lugar pero en el plan
universal, mi destino será un Samsara eterno o un Nirvana donde sea totalmente consiente
y me libere de todos los que fui para ser por fin esencia pura.
Es increíble todo lo que hay que liberar y transmutar para
intentar ser YO, lo que hay que habilitar en la actitud, lo que hay desconectar
de la realidad cargada de prejuicios ancestrales peores que una enfermedad
mortal, lo que hay que trabajar en nuestro interior para liberarnos.
Mientras tanto... gracias, porque abrir los ojos del alma y
empezar a transitar por el autoconocimiento ya es un paso, seguramente pactado
con anterioridad o puesto en el calendario de mi destino, pero GRACIAS,
GRACIAS, GRACIAS.
-Lapuente
