A todas las unidades japonesas en Florencia Caquetá, atención, ¡abortar el plan!… repito, ¡abortar el plan!
INFORMO: (cámara automóvil y
cámara puerta uno), que la señora Romero, líder ambiental, llevó hoy a las 7 horas a su hijo al colegio y
al regreso encontró en la puerta de su casa a la familia Watanabe, (error uno),
ella los saluda con efusividad pero el
señor Kenji pareciera que nunca la ha visto, solo atina a decirle en un español con demasiado acento oriental, que anda buscando una casa en Florencia para su familia y que por
algunas referencias supo, que la señora Romero estaba mostrando una en un
conjunto cercano.
-¿Es una broma?, responde Romero, -si hace dos meses que les he alquilado la casa de Ana. Él, se niega argumentando que acaba de llegar al pueblo desde Japón para realizar una asesoría al gobierno colombiano e insiste en querer ver la casa, (error dos).
La esposa, Akane y los hijos Yang y Mei se ubicaron detrás del señor kenji, algo torpes se golpeaban entre si y cuando Romero los saludó por sus nombres, ellos solo se inclinaron sin entender sus palabras.
-No comprendo nada, pero aún tengo una
copia de la llave de la casa C aquí en el carro... seguro lo que pasó es que se
les ha perdido ¿verdad?, insistió Romero mientras buscaba en la gaveta y al
mismo tiempo con la otra mano marcaba al celular de Ana, dueña de la casa C, pero... la llamada se iba a buzón de mensajes.
Los conduce caminando al conjunto (cámara en portería),
allí el vigilante la reconoce y la deja entrar preguntándole quiénes eran sus
acompañantes.
-Don Gilberto, ¿cómo así?, son los
inquilinos de la casa C, la de doña Ana ¿se acuerda?
-No señora, la casa C todavía
está desocupada, confirma el vigilante.
Abre la puerta y efectivamente la
casa está vacía. Entran los Watanabe a observar, (cámara casa C), se pasean por
las habitaciones y salen al balcón. La señora Romero se queda en el primer piso
y llama desde allí a su esposo (intervención telefónica):
-¿Santiago, hola, te acuerdas de
los Watanabe?
-¿Si por qué, les ha sucedido algo?
-Me están jugando una mala
pasada, me hicieron venir a mostrarles la casa de Ana para alquilarla.
-¿Cómo? Pero si ya se las habías
arrendado hace dos meses.
- ¡Siiii!, no sé que es esto, además... ¡actuan y caminan raro!
-¡Señora Romero!, disculpe, interrumpe el
señor Kenji, -querer esta casa. ¿Poder enviarnos todas las formalidades por
correo electrónico? Aquí está tarjeta, (error tres).
-Ahora hablamos Santiago… Romero cuelga, mira la tarjeta y lee en voz alta: Watanabe Enterprise, genética del siglo XXI
-Insisto que no sé lo que pasa, pero igual le
enviaré los mismos documentos, que la vez pasada le entregué de manera impresa solo después de que hable con Ana, ¿Entiende? responde.
- Si...Muchas gracias, usted ser muy
amable; todos se inclinan y se van, dándose algunos tropezones.
INFORMO: (cámara puerta uno, cámaras interiores), que toda la mañana la señora Romero intenta comunicarse con la señora Ana, que está en otra ciudad, pero no lo logra. A las 14 horas recoge a su hijo en el colegio, le pregunta por Yang y Mei Watanabe. El chico confirma que sí los vio desde las 7:00 de la mañana, cuando estaban ingresando a sus respectivos salones; la madre le pone al tanto de lo acontecido con los Watanabe.
-Mamá, no me asustes, ¿cómo
podrían estar allá contigo y al mismo tiempo en el colegio?... ¡Míralos allá van! se están subiendo al carro del señor Kenji. ¡Sigámoslos! (error cuatro).
La señora Romero los persigue por
las calles y antes de llegar a la entrada de Ana, los Watanabe se desvían por
la cuadra anterior, se estacionan el lado de una puerta de madera ubicada
detrás del conjunto. Esta, automáticamente se abre para dar ingreso al vehículo.
Romero se estaciona a la entrada
de la calle y le grita al chico -¡Baja rápido y mira lo que hay adentro!, él lo hace apresurado y
en 30 segundos que toma la puerta para cerrarse, logra ver algo que lo deja perturbado,
así que Romero tiene que bajarse del carro, correr, tomarlo del brazo y llevárselo, además la señora nota que hay una cámara en
el poste de enfrente. Llegan en segundos a la casa y el chico le cuenta:
-Mamá, he visto al señor Kenji
bajándose del carro con los hijos y allí parados esperándolos, otros iguales a
ellos, con las mismas caras pero los cuerpos como de robots, habían animales en
jaulas y al fondo se veía como un misil.
-¿Un misil?, grita Romero… Inmediatamente marca al télefono de su prima en la fiscalía, (error cuatro) le pone al tanto, ella le pide unos
minutos para averiguar, luego le indica que tiene información de que los Watanabe,
kenji y su esposa, son científicos y han venido a asesorar a unos renombrados
ganaderos de la zona, dizque en clonación de animales en vías de extinción del
parque Chiribiquete.
-¡Son esos tipos que se les acusa
de andar quemando y deforestando la región! ¡Espera!… le dice la prima… -se me acaba de bloquear
el computador. ¡Abstente por favor de seguir con esto! le pide a Romero... -¡no te metas!; esa mafia de
ganaderos es peligrosa, te deben tener vigilada… pero la señora Romero le repite
que hay que hacer algo ya, porque tienen
un arma en esa finca.
– ¡Esta bien! voy a ponerme en
contacto con mi superior le dice la prima y cuelga.
A los pocos segundos entra la
llamada de Ana, Romero contesta, le cuenta todo. Ana con voz temblorosa le dice
que sin falta cada mes, le consignan en su cuenta bancaria, el valor del canon
de arrendamiento y que quien lo hace es una empresa llamada Watanabe Enterprise
(error cinco). Se produce un silencio prologando.
-¿Qué pretenderán entonces? dice Ana, ¿enviar un misil a Chiribiquete?
-No lo sé, pero ya le digo a mi
hijo que eleve el dron con la cámara y cuando tenga el video se lo envío a mi
prima en la fiscalía y a ti ¿vale?, Romero cuelga.
El chico manipula el dron hasta
el lugar donde está la finca y de inmediato se empieza a ver la imagen en el computador;
desde arriba graban varios carros, algunas "personas" que allí caminan, decenas de
jaulas y un misil humeante. Envían el video como lo prometen, es pesado,
toma tiempo.
INSTRUCCIONES:
Se da la orden de cortar cable de fibra óptica.
Los demás errores son imposibles de corregir.
A todas las unidades clonadas
japonesas en Florencia Caquetá, atención,
¡abortar el plan!… repito, ¡abortar el plan!
Inicia en 30 segundos la
operación “Kamikase".
Fin del comunicado.
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