Como yo, un tipo ocupado que hacia "remote working" desde casa como
asesor de bolsa, odiaba la idea de salir a hablarle al dueño o dueña del gato para
arreglar ese problemita, decidí que el método más fácil y
efectivo sería envenenar al cat. Compré en línea la comida de buena marca, un plato
de plástico amarillo en forma de flor y un químico que recomendaban en las
redes, los “enemigos de las mascotas” para mandarlos al otro mundo.
Al siguiente día, me llegó el pedido e hice la mezcla. La puse en el recipiente al lado de mi camioneta. Como tenía tanto trabajo dejé la porción y
entré a casa esperando ver más tarde al animal, muerto. Y sí, al salir varias
horas despues, el plato estaba vacio y anque no habian rastros del gato, supuse
que el plan había tenido éxito. Por supuesto y para no dejar huellas, en la
noche, boté el resto de comida y químicos en el bosque que estaba al interior
del condominio.
A la mañana siguiente, por el estupido whatsapp de
vecinos llegó la noticia de dos perros que habian muerto envenenados y en
cuestión de minutos, cuando los llevaron a pasear al bosque. El dueño, un tal Eric, escribió que su esposa
e hijas estaban devastadas con la pérdida de Lula y Marvin y que ya se habían puesto en contacto con las autoridadades. ¡Fuck! Antes de que dieran
conmigo, decidí ir hasta el pueblo a un cibercafé y desde allí creé un
perfil falso y regué la noticia de que “Eric” tenía un amorio con la vecina y
el esposo de esta se vengó, envenenado a los perros.
Para cuando llegué al condominio la bomba ya había estallado y se escuchaban gritos y peleas. Vi salir al dueño de los perros con una maleta y al vecino “cachón”, publicando que todo era falso y que alguien los queria calumniar a él y a su esposa. Pedian a la gente denunciar ese perfil de Instagram y avisarle a la policia. Ya la cosa así y para que no dieran conmigo, esa noche le envié un virus al software del café internet con el fin de desaparecer todo vestigio de mi presencia allí y de lo que hice.
Pasé por el
local, la siguiente mañana y todo era un caos. No solo el virus borró las horas
de grabación de la cámara y los programas, sino trabajos y escritos que el dueño
realizaba para empresas… todo estaba perdido. El tipo me comentó que creía que
alguien muy envidioso, le había hecho ese mal, algun colega escritor tal vez y
que ya habia hecho la denuncia a la fiscalia.
¡¿What?!, ya no aguantaban más mis cortinas de humo y menos cuando a mi whatsapp llegó un mensaje de un número anónimo diciendo: “Ya te hemos pillado y te tenemos una sorpresa”. Ahí si agarré my bag, compré un pasaje sin retorno para Andorra y me largué. A las tres horas de un vuelo de siete, otro mensaje llegó: “ Hola somos tu servicio de telefonia celular y TE HEMOS PILLADO con un Iphone 13, TE TENEMOS UNA SOPRESA… un descuento del 50% en la versión 14 por se cliente Gold!.
Para cerrar con broche de oro, en el whatsapp del condominio, una mamacita
divina envió una foto con el ¡puto gato negro! y escribió: Gracias al vecino de la
casa 45, encontré sanito a mi adorado Gandalf sobre su camioneta. ¡Perdón! No volverá a pasar y quedo pendiente de
invitarlo a un cafecito.
Y ahora... ¿Qué shit de animal se había tragado el veneno?
@Lapuente
Foto tomada de internet