Sacándole provecho al gris

Ligeras ondulaciones de colores 
pero tantos tonos de gris…

¿No es así la vida?


No, no es pesimismo…

Es el arte planteando la posibilidad 

de apreciar las tinieblas,

aunque se procure por tendencia,

darle destellos de luz a la fuerza.


Es el arte intentando afinar el ojo 
cuando hay bruma.

¿Tanto espanto a lo que trae cada instante?

Mejor no mirarlo, 

mejor no contarlo.

¿Negarlo?


La realidad está allí,

dotada de grises en todas sus facetas,

lo mismo que las sombras 

que se hacen en los días soleados,

que las lloviznas suaves

que logran inundar el alma,

o que el inocente cotilleo humano 

que corrompe las entrañas.


Todo está dispuesto para que los hechos,

vengan como vengan,

siempre penetren irrespetuosamente en los sentidos…

inclinando la balanza hacia el lado 

que más requiera la atención.


He visto entonces, 

que para equilibrarla, 

se ponen guijarros azucarados

haciendo contrapeso.

Soluciones efímeras del siglo XXI

llenas de falsas esperanzas.


No se le puede dar la espalda 

a lo que el mundo propone

porque la depresión

estando en una burbuja 

es una suerte de implosión.


El arte entonces,

es la acción y la reacción

frente a la naturaleza de la vida,

es el camino para no discriminar la verdad

por muy dura que sea...

Es incorporar, abrazar

y plasmar sin vericuetos.


Es todo y nada.

Es la razón y la sin razón.

Es la ligera expresión de color

y por supuesto y aún más…

el recurso pleno de todas las tonalidades de gris.


©LaPuente