Amaranto de la Cruz


 

Amaranto de la Cruz:

Al tacto…

como la lana pura, como la arena del archipiélago bajo los pies, como el tibio sol que reconforta en el invierno.

A los ojos…

como una esotérica criatura, con una mirada extranjera, como un ser de otro tiempo.

A los oídos…

voces de sabio chaman, reflexiones de antiguo rebelde, poemas de loco apasionado.

A la nariz…

olores del caballero de la noche, del café recién molido, de la lluvia que cae sobre el prado.

Al gusto…

Una sublime mezcla un tanto dulce y amarga.

 

Amaranto, perdóname,

pero has de saber

que cuando esos sentidos se extingan,

por fin lograré percibirte con el alma

aunque será un terreno tan profundo

que ya no existirán palabras.

 

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